A DOS DE TRES CAÍDAS: Tercera y última…

Por: Jorge Arturo Ruiz Contreras, El Súper Cívico.
            
            Todo inicio tiene un final, todo ciclo se cierra, más aún cuando se 
            repta para tratar de alcanzar el cielo y en mi caso, he reptado soñando 
            en volar pero sin perder el piso. Asunto harto difícil que solo puede 
            lograrse a través de ideales y principios sólidos.
            
            Como algunos de ustedes han de saber, el SUPER CIVICO, nació como un 
            personaje enmascarado que se sumó al Frente Cívico Mexicalense, allá en 
            los primeros años de la década del noventa del siglo pasado, en la 
            ciudad de Mexicali. 
            
            En ese entonces, el FCM tenía como sus más prominentes lideres a 
            Humberto Zuñiga (QEPD) emergido del movimiento Urbano popular y 
            militante del PRD; a Lolita (Dolores) De Méndez, panista y aferrada 
            luchadora en contra de las altas tarifas eléctricas y al incansable 
            Sergio Tamai del Grupo Quetzalcoatl, muy cercano en ese entonces a una 
            facción del priismo que enarbolaba por encima de todo el principio de la 
            justicia social.
            
            Al paso del tiempo, el Súper Cívico, dejo a un lado la máscara, la capa 
            y el movimiento urbano y guardo su equipo de luchador. 
            
            Décadas después asumí, el reto de empezar a escribir, habito que inicie 
            en mis años estudiantiles en la preparatoria Democrática y Popular 
            Número 9 de la UANL, con algunos ensayos sobre el aporte Magonista y 
            sobre la valía política del Libro Rojo de Mao Tse Tung y posteriormente 
            en la Facultad de Ciencias Biológicas, con un periodiquito mural y 
            algunos libelos tirados en OFFSET que se llamó LIBERTAD DE EXPRESION.
            
            Entendí desde entonces, el enorme valor de dos premisas: Que uno puede 
            resultar ser esclavo de las propias palabras, más cuando estas quedan 
            escritas y no solo lanzadas al aire. Y que, el abordar temas de política 
            genera comúnmente animadversión de quienes piensan distinto. 
            
            Pero a pesar de ello, el habito, de escribir los pensamientos propios 
            sobre diversos tópicos, fue convirtiéndose en una pasión que competía en 
            intensidad con la herpetología y la ecología.
            
            Y nunca aprendí la lección de que callar es a veces más rentable y más 
            cómodo e incluso más aceptable, por lo cual, seguí reptando en contra de 
            la corriente política dominante, continué afín a las luchas populares, 
            estudiantiles, campesinas, indígenas y ambientalistas, siempre desde una 
            óptica de la izquierda, en un entorno en donde el PRI encarnaba a un 
            gobierno monolítico, centralista, dominante y represivo.
            
            Las rolas de Violeta Parra, de Mercedes Sosa, de Alfredo Zitarrosa, de 
            Oscar Chavez, José de Molina, Víctor Guerra, Quilapayún, Inti Illimani y 
            por supuesto del gran Silvio Rodríguez (antes de ser moda y status de 
            algunos mexican snob), fueron acompañantes de una creciente formación 
            pólitica que fue “in crescendo” gracias a la guía y luces de muchos 
            personajes de la izquierda mexicana tales como Raúl Alvarez Garin, 
            Heberto Castillo, Arnaldo Cordova y muchos otros, 
            
            Es decir que fui un afortunado al saber, leer y conocer a estos 
            personajes que supieron luchar y ser congruentes entre el decir y el 
            hacer.
            De esta forma, continué escribiendo reflexiones y opiniones en la 
            mayoría de los casos para autoconsumo, como notas y apuntes para tratar 
            de entender y analizar el derrotero político nacional y estatal.
            
            Ya en Baja California, tuve el honor de que algunas de mis reflexiones, 
            fueran publicadas en medios locales, algunos de ellos pioneros de las 
            redes sociales y otros tenaces medios escritos como Radar de Tecate de 
            German Ramos, Ave Fénix de Gerardo Guevara, La Carrilla de Miguel 
            Vázquez el Miguel Lobo y por supuesto en 4 Vientos de los aguerridos 
            Javier Cruz y Olga Alicia Aragón.
            
            Pero, este ejercicio de escribir opiniones y reflexiones, implica por 
            una parte una gran disciplina, una seria responsabilidad y un compromiso 
            ético de tratar de ser objetivo e imparcial. 
            
            Y en esta coyuntura, creo que este último renglón de la objetividad e 
            imparcialidad, me es sumamente difícil de sostener, toda vez que 
            considero un compromiso imperativo, el luchar frontalmente en el ámbito 
            político en contra del retorno del priismo hegemónico, represor y 
            autoritario que representa el gobernador Jaime Bonilla, sus 
            colaboradores Xico Leyva, Amador Rodriguez y tantos otros que penetraron 
            a la morena de una “cuatro te” que ya se pudrió en Baja California.
            
            Y en este sentido, he de abonar a la conformación de una alianza 
            política, lo más amplia posible, para evitar el regreso de una forma de 
            hacer política que pasa por la aniquilación de los adversarios, por 
            desfondar a los partidos de oposición, por el desprecio a las minorías y 
            por el enmudecimiento y control de los medios de comunicación.
            Por tal razón, agradezco enormemente el espacio brindado a 4 Vientos y a 
            los otros medios locales que dieron espacio a esta columna reptante y 
            dislocada, y por supuesto que agradezco también a sus lectores y 
            colaboradores, con quienes a pesar de la diferencias nos ha unido el 
            ánimo del debate, el respeto y tolerancia, en los puntos divergentes y 
            en los momentos de apasionamiento político.
            
            En la tercer caída, he perdido ya la máscara, la caballera y hasta los 
            huaraches… pero lo que creo que un nunca perderé, será el ánimo de 
            luchar y defender mis ideales de combatir a los tiranos, mis principios 
            de ayudar a los más débiles y mi amor a la humanidad y a la naturaleza.
            
            Seguiré reptando, serpenteante y ávido, hasta que un día, los sueños se 
            consoliden en palabras y que estas se trasmuten en luciérnagas, éstas a 
            su vez en estrellas que ocupen lugar en la oscuridad del cielo, para que 
            quizá, algún bohemio, algún extraviado o algún ser enamorado, perciba en 
            ellas, una legitima forma de amar, de pensar y de luchar.
            
            PD ÚLTIMA. (Esto llega a su fin, esperando que la pandemia termine 
            pronto, que la “cuatro te” entienda que gobernar no es polarizar y que 
            Bonilla y sus diputados chacales reciban el legítimo y digno desprecio 
            de los bajacalifornianos.)