DESDE MI SOFÁ: Habrá un nuevo orden mundial

Por: Obed Silva
Las guerras han servido como medio para la conquista de grandes
extensiones de tierra y poblaciones. Los vencedores toman el botín de la
riqueza apropiada mediante la violencia y los sometidos pagan el costo
con su pobreza.
Bajo la premisa de “volver a la grandeza”, el Presidente Trump inició
una guerra comercial contra todos los países del mundo. La guerra tiene
como objetivo un nuevo orden mundial cuyas consecuencias apenas se
empiezan a vislumbrar.
Un análisis de la agencia Reuters, considera que los aranceles dictados
por el Presidente Trump están “a punto de alterar el orden comercial
mundial”. Por lo pronto, se dio un dramático desplome del mercado
accionario en Wall Street, en el que las pérdidas se calculan por
billones de dólares.
Ante tal hecho, el Vicepresidente James David Vans, como si invocara a
Carlos Marx, afirmó que la baja en los índices de las bolsas de valores
no representa que la economía estadounidense esté a la baja pues el
mercado accionario responde al interés del capital financiero.
Analistas económicos dicen que Trump está cambiando los paradigmas
mundiales. Es un cambio estructural para destruir el mercado global
levantado durante décadas.
Bajo esa premisa, Estados Unidos decide cerrarse al mundo y convertirse
en una economía de “autoconsumo". La iniciativa rompe con las ideas
globalistas de integrar una sola línea de producción mundial.
Hasta hoy producir lo que se consume tiene costos que no se aceptan por
el gobierno de Trump, pues no se distinguen las ventajas comparativas de
la globalización del mercado y de la producción.
Para el razonamiento trumpista, la reciprocidad comercial es relativa y
el libre comercio rara vez es "libre". La conclusión de Trump es que
EE.UU. siempre sale perdiendo.
De acuerdo con los expertos, si el comercio se finca “en el
aprovechamiento de ventajas relativas”, el resultado de las
negociaciones del gobierno federal, frente a la nueva política comercial
del Presidente Trump, es que la posición de México no cambió de manera
sustancial, pero sí con una mayor ventaja.
La anterior afirmación se apoya en que al imponer Donald Trump aranceles
al resto del mundo y dejar a México como estaba, mejoró la posición
relativa de nuestro país frente al resto de las naciones que ahora
pagarán altísimos aranceles por sus exportaciones a los Estados Unidos
de América.
El éxito de la Presidenta Claudia Sheimbaum es mayúsculo pues obtuvo que
se respete el T-MEC.
En este punto, es importante recordar que el T-MEC fue firmado por Lopez
Obrador y que es mejor para México que el que firmó Carlos Salinas.
Lo esperado es que una gran cantidad de empresas decidan aprovechar las
enormes ventajas del T-MEC, obtenido una mayor integración nacional a
los productos de exportación. Con esto se lograría incentivar la
inversión privada financiera y en infraestructura, más empleos y una
mayor derrama de riqueza.
Al parecer, la propuesta de la Presidenta Sheimbaum para que se
fortalezca la “integración” económica de México con EE.UU. le agrado al
Presidente Trump. La pregunta es; ¿Cuál será el precio que los mexicanos
tendremos que pagar?
NOMAS POR JODER:
Tres ex gobernadores panistas de B.C. propusieron abrir el Pan a la
sociedad y que sus procesos internos sean transparentes.
¡Por favor! que alguien ayude a los Panistas. Por más lucha que hacen
para llamar la atención nadie los pela.