LA COLUMNA DE DON ANÁHUAC

Primera Parte

Por Don Anáhuac

Reflexión inicial:

Cada generación esculpe su voz en la piedra viva del tiempo. Andrés Manuel López Obrador, entre amores y rechazos, habló con palabras que no buscaban solo convencer, sino también dejar huella en la memoria popular. Estas frases, como relámpagos en el horizonte mexicano, son fragmentos de una épica contemporánea que aún resuena.

1. "Me canso ganso."

2. "Primero los pobres."

3. "Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie."

4. "No puede haber gobierno rico con pueblo pobre."

5. "El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás."

6. "La honestidad es la mayor riqueza de un pueblo."

7. "No somos iguales."

Reflexión intermedia:

Hasta aquí, las palabras se sienten como martillos de conciencia: breves, certeras, cargadas de un fuego que no es solo retórico, sino que evocan un hambre de redención. Son frases que, a fuerza de repetirse, buscan convertirse en verdad. Cada una es un ladrillo más en la construcción de una narrativa de transformación.

8. "Vamos a desterrar la corrupción de México como se barren las escaleras: de arriba para abajo."

9. "No mentir, no robar y no traicionar al pueblo."

10. "Amor y paz."

11. "La transformación no es tarea de un solo hombre, es obra de todo un pueblo."

12. "No venimos a construir faraones, venimos a construir justicia."

13. "La política es, entre otras cosas, hacer historia."

14. "Por el bien de todos, primero los pobres."

15. "No odio, no tengo enemigos, tengo adversarios."

Reflexión final:

Al llegar al final de esta primera senda, se advierte que en estas palabras no sólo se asoma un hombre, sino un proyecto de país, una batalla cultural. Hablan no desde el pedestal de los dioses, sino desde la tierra sembrada de sueños, heridas y esperanzas. Son ecos de un México que no se resigna a olvidar que puede, alguna vez, renacer.