LA COLUMNA DE MARTÍN LAZO CUEVAS

Por Martín Lazo Cuevas, con asistencia de Aurelia, asistente personal
Centro Aztlán Raíces y Renacimiento del Consejo Mayor de Comunidad Mexicana

En el México contemporáneo, dos presidentes representan caminos opuestos: Ernesto Zedillo, símbolo del modelo neoliberal impuesto desde el extranjero, y Andrés Manuel López Obrador, impulsor de un modelo de justicia social desde abajo. Uno protegió a los grandes capitales; el otro protegió al pueblo.

Zedillo y la ruta del despojo
Con Zedillo llegó el desastre. El “error de diciembre” de 1994 provocó una devaluación brutal del peso. Millones perdieron su poder adquisitivo, mientras los bancos fueron rescatados con recursos públicos mediante el Fobaproa. El lema tácito fue: primero los ricos. El costo: migración forzada, pobreza estructural y una deuda impagable.

AMLO y la ruta de la justicia
López Obrador tomó una ruta contraria. Cobró impuestos a los que antes no pagaban: los grandes evasores. Utilizó esos recursos para apoyar a adultos mayores, jóvenes, campesinos y estudiantes. Su lema fue claro: primero los pobres. El resultado: el peso se fortaleció, el salario mínimo creció y la economía popular resurgió.

La diáspora mexicana: testigo y protagonista
Los mexicanos en el exterior conocen la diferencia: fueron víctimas del modelo de Zedillo y ahora aliados del modelo de AMLO. Hoy no solo envían remesas, también participan en el renacer de una patria que los reconoce.

Conclusión
La historia ha comenzado a poner a cada quien en su lugar.
Zedillo: devaluación, despojo y desarraigo.
López Obrador: dignidad, redistribución y reconstrucción nacional.