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POR MARTÍN LAZO CUEVAS: Semana Santa: Una celebración bilingüe que une a dos naciones



Columna Editorial Binacional y Bilingüe

Por Martín Lazo Cuevas – Editor en jefe de Centro Aztlán Raíces y Renacimiento del Consejo Mayor de Comunidad Mexicana

Cada año, con la llegada de la Semana Santa, millones de personas a ambos lados de la frontera se conectan con una historia milenaria que no solo fortalece la fe, sino también los lazos culturales y familiares.

Del 13 al 20 de abril de 2025, viviremos nuevamente un tiempo de reflexión profunda, devoción colectiva y reencuentro con nuestras raíces espirituales. Para los mexicanos, ya sea en nuestros pueblos originarios o en las grandes ciudades de Estados Unidos, esta semana representa mucho más que un calendario litúrgico: es una afirmación viva de nuestra identidad.

En México, las calles se transforman en templos abiertos. Las procesiones, los viacrucis, las representaciones del sacrificio de Cristo y las reuniones familiares convierten esta semana en un periodo sagrado. En comunidades como Iztapalapa, Taxco o San Luis Potosí, el fervor popular alcanza su punto más alto.

Del otro lado de la frontera, las comunidades migrantes reproducen esas mismas tradiciones con creatividad y esperanza. Iglesias católicas y evangélicas, centros culturales y hogares latinos en ciudades como Los Ángeles, Chicago o Houston, se convierten en espacios de celebración y reflexión.

Aunque Estados Unidos no declara oficialmente la Semana Santa como feriado nacional, millones de personas la viven intensamente, uniendo fe y cultura. En escuelas, iglesias y centros comunitarios se organizan eventos bilingües, procesiones y actividades para las nuevas generaciones.

Recordemos que el Jueves y Viernes Santo son días de asueto oficial en México, mientras que en EE. UU., muchas familias toman vacaciones escolares o personales para celebrar a su manera.

Más allá de las fechas y los actos religiosos, la Semana Santa es una oportunidad para recordar que nuestra comunidad binacional comparte algo más poderoso que una frontera: compartimos la memoria, la espiritualidad y el anhelo de justicia y paz.

Vivamos esta Semana Santa con gratitud, con fe, y con la certeza de que mientras haya cultura y comunidad, ningún muro podrá separarnos.