TERCERA INFORMACIÓN: Esther López: “Estamos ante una política de hechos consumados, y es que ni el PSOE ni el PP van a cambiar las reglas y el statu quo de un régimen del 78 que se ha cimentado sobre miles de fosas comunes”

«En este país hemos vivido en una anomalía democrática tan grande,
que era una urgencia que lo primero que se hiciera después de casi 40
años de democracia fuera ocuparse de los restos óseos que yacían bajo la
tierra yerma».
Esther López: «Estamos ante un política de hechos consumados, y es que
ni el PSOE ni el PP van a cambiar las reglas y el statu quo de un
régimen del 78 que se ha cimentado sobre miles de fosas comunes»
Pablo Iglesias conversa con Esther López Barceló, historiadora y autora
de El arte de invocar la memoria o Quan ja no quede ningú, sobre la
memoria histórica como herramienta de resistencia. A través de objetos
encontrados en intervenciones arqueológicas en fosas de víctimas del
golpismo fascista primero, y de la dictadura franquista después, como
unos zapatos de tacón o un sonajero, López Barceló reflexiona sobre la
impunidad del franquismo, la lucha por la justicia en España o el
mantenimiento de un estatu quo bochornoso para una democracia en la
transición española. Se aborda la diferencia entre la memoria y el
relato oficial, el papel de la arqueología en la recuperación de la
verdad y la falta de una política de justicia para víctimas en una
cosmovisión muy diferente entre hombres y mujeres caídas, entre otros
aspectos.
En El arte de invocar la memoria. Anatomía de una herida abierta, la
escritora e historiadora da cuenta de la fuerza del recuerdo colectivo a
través de sus múltiples representaciones y materialidades: objetos
personales encontrados en fosas, como los zapatos representados en la
cubierta de este libro; grafitis fugaces, a modo de epitafios de
urgencia, que dan cuenta del paso de condenados por un campo de
concentración; unas escaleras transformadas en pruebas periciales…
Este vibrante ensayo, escrito en un delicado tono poético, trenza un
recorrido por distintas formas de invocar la memoria de una herida
abierta, la de las víctimas del franquismo —y de otras dictaduras—, a
través de vestigios arqueológicos y de artefactos culturales que nos
interpelan y, a la vez, nos conectan a un pasado que, gracias a ellos,
no es ni será nunca un tiempo perdido.
Con una escritura que nos emociona y nos sacude a partes iguales, en
Quan ja no quede ningú (Cuando ya no quede nadie), Esther López Barceló
nos deslumbra con una primera novela que ha cautivado a crítica y
público. Una historia sobre el amor, la dignidad y la fortaleza de las
mujeres de la posguerra que se erigieron en guardianas de la memoria
frente al silencio oficializado. Un relato que sentimos cercano y que
nos hiere el corazón porque en realidad abarca miles de otros relatos:
los de la gente humilde y trabajadora que sufrió la derrota, pero
también un miedo que se perpetuó durante generaciones. ¿Pero cuántas
décadas de silencio puede resistir una familia? ¿Cuánto queda aún por
desenterrar de las fosas del olvido?