10 de agosto de 2022

 

Los pescadores cucapás del delta del río Colorado

Ernesto Sosa Rocha

Entre las referencias históricas que documentan las prácticas de pesca y la estrecha relación de la cultura cucapá con el agua del Colorado, se encuentran las siguientes: en 1540, sobre la incursión del explorador Melchor Díaz por la margen este del río, Antonio Tello anota: "...anduvieron algunos días por el país de indios muy altos de quienes obtuvieron mucho pescado, que era el grueso de su dieta..." (Forbes, 1965:90). En 1698, Jack D. Forbes anota que durante los viajes de Eusebio Francisco Kino para visitar los ríos Gila y Colorado: "...los indios eran pescadores, usaban redes y aparejos para este propósito..." (comentario referente a indígenas del río Gila; Forbes, 1965:119).

En 1700, basado en el documento Memoria del padre Kino, Forbes indica: "...en el camino nos dieron grandes cantidades de pescado, cocido y crudo, porque a pesar de tener pequeños cultivos de maíz, frijol, calabaza y melón, el frijol y la calabaza no maduraban aún..." (Forbes, 1965:120).

Hacia 1774 Juan Bautista de Anza cabalga hasta cerca de Cerro Prieto, y debido a que ese año era de sequía, deduce que los kamia, grupo que buscaba, se fueron a San Sebastián y a "la sierra, cerca del mar, o estuario, donde ellos obtienen pescado muy grande". En este caso, es posible que la especie en cuestión haya sido la totoaba, Totoaba macdonaldi. En 1775, Juan Bautista de Anza llega a la laguna de Santa Olalla, en el delta del Colorado: "Los Kohuanas eran amistosos, regalaron a los españoles pescado que ellos capturaban con redes" (Forbes, 1965:161). Para 1785 el gobernador de la Alta California, Pedro Fagés, y el alférez José Velásquez visitaron la nación cucapá, a la que encontraron portando arcos y flechas. Velásquez dio entonces pequeños regalos a los que no portaban armas y a cambio recibió "calabazas, frijoles, pescado y diferentes clases de atoles" (Williams, 1975:43). En el año 1826 el teniente inglés R. W. H. Hardy encalla en la barra de arena del brazo del río que tomará su nombre y desembarca frente a una choza con ancianos cucapás: "Observé que ellos tenían pescado y ofrecí comprarlo; una parte de él me fue vendido a cambio de un colorido pañuelo" (Williams, 1975:47). Hardy prosigue: "ellos tenían una preciosa red de pescar hecha de zacate que quise comprar, pero no pude convencerlos" (Williams, 1975:48).

Hardy indica también que "los indios vivían del pescado, frutas, vegetales, y de semillas de zacate, y muchos de ellos padecían tremendamente de escorbuto" (Williams, 1975:68).
 

En 1851 el ingeniero topógrafo y teniente George H. Derby informó que los cucapás eran "...muy amistosos, tranquilos e inofensivos; nos trajeron pescado a vender casi todos los días..." (Williams, 1975:84). A principios del siglo veinte, en la colección arqueológica del Instituto Smithsoniano de los Estados Unidos se incluyen anzuelos hechos con espinas de biznaga (Ferocactus, spp.) recolectadas alrededor de 1900 entre indígenas cucapás (Campbell, 1999:426). En 1902 Newton H. Chittenden, quien visitó a los cucapás, anotó: "Pregunté por pescado. Ellos se apresuraron con una red hecha de paja silvestre y la colocaron a través de una laguna cercana a nosotros, y en unos cuantos minutos me trajeron una lisa grande"7 (Williams, 1975:103). El mismo Chittenden describió cómo unos cucapás tendieron una red y habilidosamente "arriaron" peces hacia ella golpeando sus manos en el agua. Luego sacaron una pila de pescados, incluidos lisas y carpas. El último registro histórico al que se accedió para realizar este trabajo es de 1908, del etnógrafo Carl Lumholtz, quien visitó a los cucapás y entrevistó a un viejo miembro de la tribu en el asentamiento llamado Colonia Lerdo. Le compró su arco y varias flechas. Al ver que algunas no tenían plumas, indagó; el arquero le dijo que ésas eran para flechar pescados. El indígena tenía pescado secando que había capturado con sus manos en un estanque del río que se evaporó. "El pescado olía muy fuerte a aceite rancio", escribió el explorador (Williams, 1975:132).
 

Estrategias pesqueras
 

De los testimonios anteriores podemos retomar ahora el análisis de las estrategias pesqueras aprendidas durante siglos de interactuar con los elementos naturales, en este caso los peces. Del jesuita Eusebio Francisco Kino anotamos el uso de redes y "aparejos". Esta última expresión pudiera referirse al uso de trampas de tule, como veremos adelante. En el mencionado Campo Mozqueda se conserva una trampa hecha de fibra de tule, muy bien barnizada para protegerla. Don Francisco Mozqueda, patriarca de la familia, ha declarado en varias ocasiones que el artefacto fue encontrado en el río, al igual que otros similares ya desintegrados por el tiempo, pero que personalmente conoció a fines de los años cincuenta. Aunado a esto, ya vimos el testimonio de Inocencia Sáinz y sus trampas de cachanilla.
 

Primeras embarcaciones étnicas del Río Club Rio Colorado

Para meterse al mar, los antiguos californios usaban balsas de troncos o pequeños botes de cañas con los que podían llegar a las islas más cercanas a la costa o navegar hasta unos ocho kilómetros mar adentro. Las balsas las hacían de tres, cinco o siete troncos, casi siempre de un árbol que los españoles llamaban "corcho", que traspasaban con estacas que amarraban uno con otro, dejando el más largo en el centro, el cual servía como proa, podían llevar dos o tres hombres. Otras veces empleaban largos haces de cañas o tules bien atados, que después los unían entre sí con más amarres. La familia de pescadores traía una red más, juntamente con anzuelos y cordones. Usaban anzuelos de hueso, espinas de mezquite y canoas de tule.

Dibujo de una embarcación fabricada con haces de tule que usaban los californios en la pesca y como medio de transporte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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