01 de julio de 2025
PEDRO LINARES: Su legado sigue vivo en la tradición de la cartonería mexicana

El término "alebrije" fue registrado oficialmente como creación
intelectual de Pedro Linares, reconociendo así su origen y vigencia en
la Ciudad de México. Foto Aurea del Rosario / Secretaría de Cultura.
El MNCP resguarda una de las colecciones más importantes de cartonería
Linares, con piezas adquiridas desde los años ochenta
Pedro Linares López (1906–1992) nació el 29 de junio de 1906 en el
barrio de La Merced Balbuena, Ciudad de México. Aprendió de su padre el
oficio de cartonero al elaborar Judas, calaveras y piñatas. Relató su
nieto David Linares: “En 1917, cuando él tenía 11 años, cayó enfermo,
muy grave, con fiebre altísima. En ese trance tuvo un sueño en el que
vio criaturas imposibles y escuchó cómo gritaban ‘alebrije, alebrije’.
Trece años después, en 1930, decidió materializar esas visiones y usar
el único material que tenía: papel y engrudo. Ahí nació el primer
alebrije. No lo hizo para venderlo. Lo hizo para librarse del sueño que
tanto lo atormentaba.
“Fue su forma de darle vida a algo que lo había marcado profundamente”,
explica David durante el conversatorio “La vida y obra de Pedro
Linares”, que se llevó a cabo el sábado 28 de junio de 2025, en el Museo
Nacional de Culturas Populares (MNCP), recinto de la Secretaría de
Cultura del Gobierno de México, como parte de un homenaje al creador de
los alebrijes a 119 años de su natalicio.
Los alebrijes se consolidaron como símbolos del arte popular mexicano
gracias al talento y constancia de Linares. En los años cuarenta, su
trabajo atrajo la atención de Diego Rivera –quien se convirtió en su
primer gran promotor– encargándole piezas para la Casa Estudio Diego
Rivera y Frida Kahlo, el San Ángel Inn y el Anahuacalli.
El legado familiar: tradición viva y evolución
Hoy, más de 80 por ciento de la descendencia directa de Pedro Linares se
dedica a la cartonería.
Por ejemplo, Gerardo Linares Gómez, bisnieto del maestro, destacó la
responsabilidad de continuar la tradición: “Es un gran compromiso llevar
este apellido. Mi papá siempre nos dijo que no era obligación, pero si
decidíamos dedicarnos había que hacerlo bien, con amor. Hay que respetar
el trazo, el volumen, la esencia que mi bisabuelo nos dejó. Yo me
inspiro mucho en los insectos. Observar su forma, su color, su
adaptación, me da ideas para mis piezas. Es importante innovar sin
distorsionar el arte. Cada generación tiene que aportar algo propio,
pero siempre respetando el origen”.
David Linares agregó: “A todos nos enseñaron a valorar el trabajo. Antes
de ponerle precio a una pieza, hay que ponerle corazón. Por eso seguimos
con el mismo cuidado, el mismo trazo, el mismo proceso. Aunque ya no
usemos los mismos pigmentos, conservamos la calidad que él nos exigía”.
Un homenaje con actividades para todo público
En palabras de la directora del MNCP, Jessica Morales Vega: “Desde que
la familia Linares nos propuso este aniversario, nos sentimos sumamente
honrados. Sabemos la historia y la importancia de este arte. Aquí
promovemos la cultura viva, la que pasa de generación en generación”.
El homenaje, agregó, es un acto de justicia y un compromiso con la
cultura viva: “Sabemos la historia, sabemos que el alebrije es hoy
símbolo nacional e internacional gracias al genio de Pedro Linares. Aquí
se reconoce la raíz, la técnica, la herencia. Y aquí siempre serán
bienvenidos”.
Como parte de las actividades, se realizó el taller “Iniciación a la
cartonería: modelado con papel y engrudo”, impartido por David Linares,
Salma Linares y María Elena Gómez, quienes así promueven y mantienen
viva la tradición cartonera.
“La idea es que la gente se lleve un pedacito de arte a su casa. Es
apoyar a la tradición viva y a quienes la mantenemos”, explicó David
Linares Vargas.
El Museo Nacional de Culturas Populares resguarda una de las colecciones
más importantes de cartonería Linares, con piezas adquiridas desde los
años ochenta. El catalogador del museo, Lázaro González Peña, recordó:
“Aquí tenemos calaveras, máscaras, Judas, payasos, personajes de
oficios, el raspador de maguey, los vendedores del mercado. Son piezas
únicas que cuentan la historia del pueblo de México y de la creatividad
inigualable de los Linares”.
Y agregó: “El museo se enorgullece de ser su casa. Abrimos las puertas
para este homenaje porque sabemos el valor que tienen estas obras no
solo para México, sino para el mundo. Desde Europalia 93, en Bélgica,
hasta exposiciones en Canadá y Portugal, la familia Linares ha llevado
la cartonería mexicana a escenarios internacionales”.
En 2021, el término fue registrado oficialmente como creación
intelectual de don Pedro, reconociendo así su origen y vigencia en la
Ciudad de México.

