La alerta de
viaje a México por altos índices de violencia e
inseguridad y la COVID-19, emitida por el
gobierno de Estados Unidos recientemente, podría
afectar la actividad turística de nuestro país,
afirmó Gustavo López Pardo, del Instituto de
Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Lo anterior, aun cuando las cinco entidades
marcadas con nivel 4 de riesgo (“no viajar”):
Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y
Tamaulipas; y las 11 clasificadas con nivel 3
(“reconsiderar viajar”): Baja California,
Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato,
Jalisco, Estado de México, Morelos, Nayarit,
Sonora y Zacatecas, no son los principales
destinos del turismo internacional.
“Los lugares que son sometidos a una alerta de
este tipo por un país extranjero podrían recibir
una afectación, por un efecto de inercia en los
visitantes nacionales”, consideró el académico.
El experto recordó que el turismo es una
actividad importante para la economía del país y
representa un porcentaje significativo del
Producto Interno Bruto que, en los mejores
momentos, antes de la pandemia, era de
aproximadamente ocho por ciento, además de que
genera casi siete millones de empleos de manera
directa e indirecta.
Al territorio mexicano arriban visitantes del
mundo, principalmente de la Unión Americana,
Canadá, Reino Unido y de otros países de Europa,
quienes con su consumo contribuyen a la
captación de divisas que se utilizan para el
desarrollo nacional. Cualquier acción negativa
podría representar graves impactos en esa
actividad en general y, en particular, en los
destinos citados.
Las entidades mencionadas por el Departamento de
Estado de los Estados Unidos reciben más turismo
nacional. Según cifras de DATATUR de la
Secretaría de Turismo y del INEGI, casi 60 por
ciento de los extranjeros se concentran en la
Riviera Maya, incluido Cancún, a donde llegaron
más de 12 millones de pasajeros, nacionales e
internacionales, en 2019. Otros destinos
preferidos del orbe son Los Cabos y la Ciudad de
México.
Gustavo López expuso que en 2020 México se
posicionó en la tercera nación que captó más
turistas internacionales. “La caída del turismo
mundial por la pandemia fue de casi 75 por
ciento, pero también hubo una redistribución de
la preferencia en los viajes, a partir de las
facilidades o el endurecimiento de las
restricciones de movilidad y entrada de
extranjeros en cada destino”. En nuestro país no
ha habido muchas restricciones para arribar, a
diferencia de otros.
Aunque no significa que será así de manera
permanente, conforme se recobre la actividad
turística mundial, otras naciones podrían
recuperar el sitio que tenían antes de la
emergencia sanitaria cuando, por ejemplo,
nuestro país ocupó el séptimo lugar en la lista
de los principales receptores, consideró.
López Pardo señaló que para este año aún no hay
suficientes datos; sin embargo, se estima que
cerrará con una captación de 14.2 mil millones
de dólares por ese concepto.
En 2019 se registraron 45 millones de visitantes
internacionales en nuestro territorio; en 2020,
24.8 millones y en 2021 podrían llegar a 28.4
millones; o sea que hay una recuperación, “pero
nada comparable con la situación que prevalecía
antes de la pandemia”. En términos de turistas y
de recursos generados, esta actividad económica
empieza a repuntar de manera modesta, pero
creciente.
Además, no hay que perder de vista la
importancia de los viajeros nacionales. De
hecho, una parte considerable de la actividad se
sostuvo por los visitantes locales. Por ejemplo,
los datos señalan que hubo incremento de la
movilidad hacia Cancún, sitio que registró
cuatro millones de extranjeros y 4.1 millones de
mexicanos, en 2020.
Los destinos de sol y playa tienen la
infraestructura adecuada. Sitios como Huatulco,
Los Cabos, Ixtapa Zihuatanejo, entre otros,
están consolidados y manejan protocolos de
seguridad sanitaria adecuados.
También hay destinos tradicionales como
Veracruz, Acapulco o Manzanillo que forman parte
de la preferencia nacional y donde los grandes
hoteles, en particular, aplican las medidas
sanitarias, “porque es la única manera de
recuperar la confianza de los visitantes”.
Además se procura la salud y seguridad de las
poblaciones locales y de los trabajadores de la
industria turística.
“En México existe una gran oferta: pueblos
mágicos, ecoturismo o turismo de aventura, son
otras opciones con servicios de gran calidad”,
manifestó.
Este sector recuperará los niveles que tenía
antes de la emergencia sanitaria hasta finales
de 2023, según estimaciones de la Organización
Mundial del Turismo, sólo si se logran detener
las nuevas manifestaciones de la pandemia. Por
ello, hay que fortalecer el turismo doméstico y
desarrollar estrategias que permitan incrementar
la movilidad nacional, finalizó López Pardo. |