Escrito por Berenice Chavarría
Tenorio
01 julio, 2022
Ciudad de México.- Recientemente, en redes sociales se desató un
debate ante el beso de dos mujeres presentado en la película
Lightyear (2022). La escena generó críticas e incluso 14 países
–entre ellos, Egipto, Indonesia, Líbano, Kuwait, Malasia, Arabia
Saudí y Emiratos Árabes Unidos– prohibieron el estreno del filme
con argumentos discriminatorios y lesbofóbicos. Pero ¿por qué
escandaliza tanto este beso en particular cuando en las
películas de Disney se han normalizado otros momentos realmente
problemáticos y violentos?
En Lightyear hay un beso consensuado entre dos mujeres que
comparten su vida. Sin embargo, en películas como Blancanieves y
los siete enanos (1938) un hombre besa a una niña de 14 años que
yace en un féretro de cristal.
Ejemplos como el anterior –donde se observa una conducta de
abuso a menores– muestran lo contradictoria que puede ser una
sociedad que, por un lado, juzga el amor entre mujeres; pero por
el otro, defiende violencias disfrazadas de romance que han sido
interiorizadas por miles de niñas y adolescentes.
Blancanieves no es la única historia de Disney que sigue el
patrón. Tal es caso de La bella durmiente (1959), película en la
que Aurora –la protagonista– es besada por un desconocido
mientras ella se encontraba inconsciente.
A través de la pantalla, esto puede parecer inofensivo y
justificado por el “amor”. No obstante, en la realidad cualquier
acercamiento debe realizarse con el consentimiento absoluto de
toda mujer, adolescente o niña.
Entonces, ¿de dónde viene la polémica ante el beso entre dos
mujeres, pero no frente a un beso heterosexual sin
consentimiento que ocurre mientras la mujer involucrada está
dormida o muerta?
Pese a lo icónicas que se han vuelto las animaciones para
generaciones enteras, es imposible negar que no solo se
encuentran plagadas de preceptos arraigados en el mito del amor
romántico, sino también sobre el “deber ser” de las mujeres, la
violencia e incluso el abuso.
La posibilidad de existir
Mariana Rodríguez Fuentes, periodista y capacitadora en
Educación Sexual Integral (ESI), compartió con la organización
feminista Presentes que besos como el mostrado en la película
Lightyear no sólo son una muestra de amor en pantalla, sino que
abren la puerta a toda una comunidad y le brindan “la
posibilidad de existir”.
La capacitadora y activista hizo énfasis en que las películas de
Disney han contribuido a la educación de niñas y niños, pero
siempre lo han hecho desde la heterosexualidad, incluso a pesar
de que la diversidad y expresión sexuales son parte de un
derecho humano. Esto, además de los múltiples estereotipos de
género sobre las mujeres que las películas han reforzado,
principalmente como princesas que necesitan ser rescatadas.
“Solamente significa generar referencias más explícitas en torno
a los distintos modos de vivir la sexualidad. No es mucho más
que eso, es dar referencias, que es lo que todas las personas
del colectivo necesitamos tener en nuestras niñeces. Referencias
de cómo poder ser”, aseveró Mariana Rodríguez Fuentes.
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