Necesario
defender la autonomía de las instituciones
electorales: Adriana Favela
El futuro de la democracia requiere de una
evaluación objetiva y de un diálogo permanente:
Norma De la Cruz
En el marco del Foro Global sobre la Democracia,
El papel de los organismos electorales en la
gobernabilidad democrática, académicas,
académicos, así como funcionarios y ex
funcionarios de instituciones electorales
reflexionaron acerca del papel de las
autoridades electorales y el futuro de la
democracia.
Durante la mesa “Democracia, elecciones y
organismos electorales”, la Consejera Adriana
Favela advirtió sobre el grave riesgo en que se
encuentran los órganos electorales de perder su
autonomía y coincidió en que el acoso a estas
instituciones mina la confianza ciudadana y, en
consecuencia, debilita la democracia.
En este sentido, llamó a defender la autonomía
de las autoridades encargadas de organizar las
elecciones y planteó la problemática de cómo
hacer para que “la democracia se vuelva no
solamente una forma de gobierno, sino también
una forma de vida”, es decir, que además de
votar la ciudadanía dé seguimiento a las
personas electas a través de la rendición de
cuentas y la transparencia.
La Consejera reiteró el reconocimiento a las
mexicanas y los mexicanos que han actuado en las
Mesas Directivas de Casilla, así como
observadoras y observadores electorales quienes
“tienen una visión muy amplia de lo que hace el
INE y las distintas instituciones que
organizamos las elecciones en México”.
En este panel participaron también el ex
presidente del Tribunal Supremo Electoral de
Bolivia, Salvador Romero; el académico de la
Universidad Autónoma de Madrid, Rafael López; la
representante de la Comisión Central Electoral
de Bosnia y Herzegovina, Irena Hadžiabdić, y el
ex Consejero Presidente del Instituto Federal
Electoral (IFE), Leonardo Valdés.
En su intervención, Salvador Romero señaló que
en el vínculo entre democracia, elecciones y
organismos electorales “es importante partir del
principio que la democracia y las elecciones
poseen relaciones bidireccionales”.
Es decir, explicó, “que se refuerzan o se
debilitan recíprocamente y, en ambos casos, los
organismos electorales constituyen la palanca de
ese fortalecimiento porque realizan
adecuadamente su labor o, por el contrario, son
también los instrumentos del debilitamiento de
los procesos electorales”.
COVID-19 no afectó el desarrollo de la
democracia
Por su parte, Rafael López mencionó que la mejor
noticia de este año es que el COVID-19 no ha
afectado el desarrollo de la democracia, ya que
se han realizado cerca de 100 procesos
electorales de manera exitosa gracias a las
buenas gestiones de las autoridades electorales
en el mundo.
En contraste, la mala noticia son los golpes de
Estado, así como los ataques sistematizados a
las autoridades electorales, por ejemplo, de
Bolivia, Perú y Nicaragua. A medida que ha
pasado el Siglo XXI, “los gobiernos, el Poder
Ejecutivo, habla y argumenta de que las
comisiones -electorales- son independientes como
una forma, cada vez más sutilizada, de echar
sobre las comisiones y los tribunales
electorales la responsabilidad de lo que no sale
bien en las elecciones”, lamentó.
En su oportunidad, Irena Hadžiabdić recordó que
los miembros de los organismos electorales son
los responsables de salvaguardar la legitimidad
de los procesos democráticos. “Nuestra tarea es
organizar elecciones libres, transparentes y
justas y nuestra operación debe ser efectiva,
con el mejor interés de los votantes”, destacó.
Para cumplir con estas actividades, enfatizó,
“tratamos de buscar un alto nivel de
profesionalismo durante nuestro trabajo, de ser
autónomos e independientes del gobierno y
debemos mostrar nuestra capacidad de realizar
elecciones legítimas, es decir, sin fraude y con
confianza, lo cual es un gran desafío
especialmente en países posconflicto y en
transición”.
Finalmente, el ex Consejero del IFE, Leonardo
Valdés, subrayó la necesidad en ciencia política
de migrar de la cultura de las opiniones a la
cultura de los argumentos. “Creo que en el caso
mexicano tenemos muchas opiniones sobre lo que
ha sido nuestra transición democrática, pero nos
ha faltado construir un argumento sólido sobre
lo que hemos construido y sobre lo que podemos
perder si se deconstruye esta institucionalidad
democrática que hemos logrado”, advirtió.
Por lo anterior, llamó a la defensa de las
instituciones electorales “porque son las que
nos han permitido construir esta democracia, van
a permitir que el pluralismo político siga
imperando y que, en consecuencia, quien nos
gobierne sea producto simple y sencillamente de
la voluntad de las ciudadanas y los ciudadanos”.
El futuro de la democracia requiere de una
evaluación objetiva y de su defensa permanente
Al moderar la mesa “Reflexiones sobre el futuro
de la democracia”, la Consejera Norma De la Cruz
recalcó que desde las autoridades electorales
“pensar en el futuro sin el ejercicio de una
evaluación objetiva con la participación de
organizaciones sociales, académicas y de la
ciudadanía no sería posible”.
Reflexionar el futuro de la democracia,
estableció, “es pensar en el ejercicio puro del
diálogo político y jurídico entre los organismos
electorales y el Poder Legislativo, quienes
tendrán a cargo las reformas
político-electorales que marquen la pauta de una
transición ajustada, organizada y que responda a
las necesidades sociales de todos los grupos de
la diversidad que conforman el país”.
La Consejera añadió que la consolidación
democrática está en evolución, “por lo que no
podemos dejar de lado el impacto de las nuevas
tecnologías, las redes sociales y el impacto de
las noticias falsas donde hemos visto un patrón
de cómo se utilizan para desacreditar
situaciones, informaciones o hasta decisiones”.
Esta cuarta sesión contó con la participación de
Patricia Scotland, de la Mancomunidad Británica
de Naciones; Antonio Garrido, de la Universidad
de Murcia; Aníbal Pérez, de la Universidad de
Notre Dame, y el ex presidente de la
International Foundation for Electoral Systems (IFES),
Richard Soudriette.
Necesario enfrentar la apatía ciudadana
En su oportunidad, Patricia Scotland precisó que
la democracia en el mundo enfrenta retos como la
apatía ciudadana, por lo que son necesarios
“planes activos e instituciones fuertes que
tengan una caja de herramientas para poder
entregar y desarrollar las prioridades”.
La democracia no se conserva por sí misma,
insistió, “por lo que necesita ser cuidada,
protegida y nutrida”. En este sentido, enfrenta
crisis que pueden desestabilizarla “basándose en
el conflicto, la destrucción económica o la
pandemia que estamos viviendo”, factores que
pueden interrumpir los procesos culturales y
democráticos, concluyó.
El académico Antonio Garrido mencionó que la
pandemia de COVID-19 ha afectado a los países
latinoamericanos con un gran número de contagios
y muertes, lo que trajo una recesión económica
que ha provocado “un retroceso en Latinoamérica
de casi una década”, lo cual se ha traducido en
un partidismo negativo, es decir, “el rechazo
hacia un partido o hacia un bloque por parte de
los votantes”.
Respecto al futuro de la democracia estimó que
no se va a concretar el autoritarismo en esta
región. “Se habla mucho de democracias
polarizadas; sin embargo, en América Latina no
es exactamente un problema si lo comparamos con
los países europeos. Los países latinoamericanos
están en el orden de tres y tres y medio en el
índice de polarización afectiva, Brasil, México,
Perú, por ejemplo, pero en Europa tenemos a los
países en el cinco o en el seis”, agregó.
El académico Aníbal Pérez estableció que
actualmente la democracia enfrenta problemas
graves e inmediatos como la radicalización y el
partidismo negativo, así como el negacionismo
electoral de muchos líderes políticos, los
cuales tienden a concentrarnos en los desafíos
para la supervivencia democrática en los
próximos cinco o 10 años, por lo que planteó
cuál es el futuro de la democracia en el largo
plazo y si ésta puede sobrevivir como la
conocemos al Siglo XXI.
“A pesar de esta fragilidad creo que existen
buenas razones para pensar que la democracia va
a emerger como una forma de gobierno resiliente
en el Siglo XXI, pero creo que, si pudiéramos
verla en ese momento, posiblemente sería una
forma de gobierno que resultaría en buena medida
irreconocible para nosotros hoy en día”,
consideró.
El ex presidente de la IFES, Richard Soudriette,
resaltó la importancia de la administración
electoral independiente como clave para
garantizar un proceso electoral con integridad.
“Aunque la pandemia aumenta el nivel de la
amenaza contra la democracia, también tenemos
que estar conscientes del virus del
autoritarismo”, agregó.
Las lecciones aprendidas desde la IFES durante
la pandemia son: “la democracia tiene que crecer
desde adentro; no hay un modelo perfecto para
elecciones democráticas, cada país tiene que
ajustarse a las condiciones locales y la
importancia de una administración de las
elecciones independiente”, por lo que llamó a
defender a las instituciones encargadas de
organizar procesos electorales en el mundo.
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