Publicado por
Global Voices
Escrito por Connectas
Publicado el 08/07/2023
Escrito por Cristian Ascencio en Connectas, republicado
en Global Voices bajo un convenio entre los medios
Aunque la sede de su trabajo está en Ciudad de México,
Abril reside desde hace dos años en Cancún, frente al
Caribe. Ahí puede nadar en la playa cuando quiera,
movilizarse sin carro y tener tiempo hasta para cocinar
en su propio departamento. Paradójicamente trabajar
desde la Riviera Maya, uno de los destinos turísticos
más populares de Latinoamérica, le ha significado más
ahorros que gastos. Eso además de una mejora en su
calidad de vida. “Cuando estaba en la oficina, era un
estrés constante, tenía muy poco tiempo para ocuparme de
mí. Acá se vive mucho más calmado, no sufro con el
tráfico y llevo una vida más saludable”, dice.
Cancún, Medellín, Cuenca, Buenos Aires, o la propia
Ciudad de México se han vuelto destinos recurrentes de
los nómadas digitales. Personas que trabajan por
internet desde un destino generalmente turístico,
aprovechando los mejores precios y las múltiples
ventajas de esos lugares.
Según Esteban Terán, del coworking Impaqto, que tiene
oficinas en Cuenca y en Quito, Ecuador, los nómadas
digitales permanecen en promedio tres meses en un lugar
y luego se mueven a otro destino. Cargan sus
pertenencias en una maleta y una mochila, no tienen
problemas para gastar su dinero en turismo y diversión,
pero sí aprovechan para ahorrar en comida. Por lo mismo,
para Terán no tienen en las economías locales el mismo
impacto del sector turismo. “Es un estilo de vida que no
lo puede llevar cualquiera. Ellos se instruyen mucho
antes de llegar a un destino. En edad, tienen entre 30 y
40 años, es decir que ya tienen experiencia laboral, y
generalmente trabajan en el área informática, financiera
o en diseño”, dijo a CONNECTAS.
En el caso de Ecuador, ese país creó este año, para
atraer nómadas digitales, una visa especial que entrega
una residencia legal por hasta dos años. Y no es el
único país que lo ha hecho: Costa Rica adoptó en 2022
una visa que otorga la residencia a trabajadores remotos
que demuestren tener contratos con empleadores
extranjeros. Las personas con esta visa pueden entrar y
salir de Costa Rica las veces que lo deseen. Y en
materia tributaria, están exentas de pagar impuestos si
ya lo hicieron en el país del empleador. Eso sí, quienes
quieran acceder a este sistema deben tener un ingreso
mínimo de 3 mil dólares mensuales.
Ciudad de México y Medellín, Colombia, también están
recibiendo grandes cantidades de estos profesionales de
altos ingresos. En la primera, por ejemplo, la Ciudad de
México firmó un convenio durante 2022 con la plataforma
Airbnb para ayudar al turismo en zonas más marginadas.
Pero el arribo de los nómadas también está trayendo
tensiones, sobre todo por el aumento del costo de vida
en los barrios tradicionales.
Justamente en Ciudad de México, organizaciones vecinales
acusaron a la administración de la alcaldesa Claudia
Sheinbaum de haber entregado la ciudad a las plataformas
de arriendo de inmuebles, lo que está disparando el ya
existente fenómeno de la gentrificación, por el cual
nuevos habitantes de mayores recursos invaden zonas
históricas y tradicionales y desplazan a los habitantes
locales debido al aumento de los costos, incluidos los
arriendos y los alimentos.
Sheinbaum decidió, después de las críticas, estudiar qué
hicieron otras ciudades del mundo para mitigar esos
impactos, aunque voceros de su administración sostienen
que las denuncias en redes sociales son más bien
anecdóticas y no están respaldadas por cifras concretas.
Mientras tanto están revisando, entre otros, el caso de
Barcelona, donde para limitar el fenómeno, los
anfitriones de Airbnb deben obtener un permiso especial
para arrendar, o pena de pagar multas.
Enrique Soto, académico de la Facultad de Arquitectura
de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica
que, por el lado positivo, atraer al 5% del potencial de
nómadas digitales en el mercado americano traería
consigo 3.720 millones de dólares. Pero aclara que se
debe avanzar en regulaciones específicas para que los
habitantes originarios no resulten desplazados. “Se debe
impulsar políticas públicas que capten parte de estos
ingresos por la mayor plusvalía de las propiedades, para
ser reinvertidos en mejoras de infraestructura urbana”,
sostiene en conversación con CONNECTAS.
En Medellín también están pasando del optimismo por la
gran llegada de turistas y nómadas con alto poder
adquisitivo, a la preocupación por el impacto en los
precios.
Sandra Arboleda arrienda su departamento a través de
Airbnb en la “ciudad de la eterna primavera”. Según sus
cálculos, el 30% de quienes recibe son nómadas
digitales, principalmente de Europa, aunque también ha
recibido colombianos que buscan el clima y la diversión
de Medellín para trabajar desde allá por un tiempo.
“En general la ciudad les da buenas oportunidades”,
explica Arboleda. De hecho, en las páginas en las que
los nómadas buscan datos e intercambian experiencias, se
destaca Medellín. “Si quieres un costo de vida bajo,
chicas bonitas, buen clima y fiesta barata, Medellín es
el lugar”, escribió en inglés un nómada en la página
Nomad List. En esa web hay un ranking de las mejores
ciudades latinoamericanas para ellos: en primera lugar
está Ciudad de México, en segundo Buenos Aires y en
tercer puesto Medellín, a la que le quitan puntos en el
ranking la deficiente calidad de su internet y los
problemas de inseguridad.
Según dijo a la Radio W María Bibiana Botero, la
presidenta ejecutiva del think tank Proantioquia, “si
Medellín fuera un país, sería el primero del mundo en
porcentaje de nómadas digitales (frente a su
población)”. Las cifras de Nomad List respaldan esa
idea. Según esta web, Medellín tiene 6.400 nómadas
mensuales, muy cerca de la megapoblada Ciudad de México
(7.400 mensuales) y Barcelona (6.950 mensuales).
Pero el optimismo de Proantioquia contrasta con la
preocupación de organizaciones y activistas civiles.
Incluso el alcalde de esa ciudad, Daniel Quintero,
apuntó al fenómeno por medio de su cuenta de Twitter:
“La vivienda está más cara en Medellín por: la reducción
del desempleo: llegó a un dígito, más jóvenes buscan
independencia. El turismo y nómadas digitales: Medellín
es la tercera mejor ciudad para visitar en el mundo”.
En barrios tradicionales como El Poblado en Medellín,
históricamente de clase media o media alta, han
comenzado a aparecer carteles de protesta contra la
gentrificación. Ana María Valle, una activista contra el
fenómeno, sostiene en un video en Twitter que “Airbnb se
está tragando los precios del arrendamiento. El tejido
social de comunas como El Centro, El Poblado, Laureles y
Belén está desapareciendo porque ya no hay vecinos con
los que construir un futuro”.
Ana María Valle explica que los lugareños no pueden
competir contra salarios en dólares. “Progresivamente
perdemos espacios: acceso a restaurantes, espacios
públicos, canasta básica, entre otros”. Para la
activista, es urgente tomar medidas, y menciona el
ejemplo de países como Portugal, donde se eliminó un
tipo de visa que permitía residencia a extranjeros que
adquirieran vivienda.
¿Pero qué tipo de medidas pueden tomar los gobiernos
nacionales o locales? Se trata de una pregunta compleja
de responder, por el difícil balance entre los
beneficios, cifrados sobre todo en la entrada de
divisas, y los problemas, como el desplazamiento de los
habitantes tradicionales y la pérdida consiguiente de
identidad, algo muy difícil de recuperar.
Los expertos sostienen que una de las soluciones va de
la mano de invertir buena parte de los recursos que
están llegando por cuenta de los nómadas, en soluciones
habitacionales de impacto social. Para Enrique Soto esto
traería mayor justicia urbana, tomando en cuenta que
muchos de los barrios que ahora tienen alta plusvalía la
han ganado gracias a la inversión pública. En todo caso
las soluciones no dan espera, pues el auge del trabajo
remoto, tanto nacional como internacional, no parece
tener un final a la vista.
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