Publicado por El Salto
En los últimos años, las imágenes de los camiones
cisterna abasteciendo de agua a las vecinas, de
incendios forestales, de termómetros que superan los 45
grados y de espacios naturales deshidratados parecen
haberse colado en el imaginario del verano en la
sociedad andaluza como la sombrilla, la nevera azul y
las cañas de Cruzcampo. Sin embargo, esto no hace que la
situación tenga menos importancia y nos encontremos ante
un panorama de sequía alarmante que, como ya sucedió en
el verano de 2022, viene acompañado de la inacción y la
falta de estrategia en materia hídrica por parte de la
Junta de Andalucía.
Según los últimos datos del Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico, los embalses
andaluces se encuentran en estos días a un 22,6% de su
capacidad, lo que supone una disminución de 3,07% con
respecto a agosto del año pasado, cuando se encontraban
al 25,13% de su capacidad. Especialmente crítica es la
situación en la que se encuentran los embalses de la
cuenca del Guadalquivir, con tan solo un 20,8% de su
capacidad, y la provincia de Cádiz, cuyas reservas se
encuentran en 18,7%.
La escasez de los embalses está causada, en primer
lugar, por la falta de precipitaciones. Las lluvias en
el territorio disminuyen anualmente, según los datos de
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir es el
séptimo año más seco de la serie histórica y expone que
la media de precipitaciones es un 22% menor a la
registrada en los últimos 25 años. Otro motivo son las
altas temperaturas que durante esta última ola de calor
comenzada el pasado lunes 7 de agosto ha alcanzado
temperaturas máximas jamás registradas en la península,
en la que Andalucía ha vuelto a estar en cabeza, según
la Agencia Española de Meteorolgía (Aemet). El último
informe anual de Medio Ambiente publicado por la
Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía
Azul informa de que la temperatura media en Andalucía en
2022 fue 0,4 grados mayor que la media histórica del
territorio. La escasez de lluvias y las altas
temperaturas forman la tormenta perfecta para que surja
una situación de escasez que se extrema debido a la
sobreexplotación de los recursos hídricos a causas de
actividades económicas como la agricultura intensiva y
el turismo, que hace que la demanda del uso de agua se
eleve exponencialmente, de forma más aguda durante los
meses de verano.
Este jueves 10 de agosto la Estación Biológica de Doñana-CSIC
anunciaba que la laguna más grande del parque Natural de
Doñana, la de Santa Olalla, se ha secado por segundo año
consecutivo.
La coyuntura afecta en el día a día de las andaluzas,
especialmente en aquellas localidades en las que se han
impuesto cortes al uso diario del agua. Una lista de
municipios que lleva aumentando desde el principio del
verano. Actualmente, son más de 100 las localidades en
las que se están registrando incidencias en el
suministro.
En la sierra de Huelva son 14 los municipios que se
mantienen desde hace semanas con cortes en el suministro
de agua. La mayoría de pueblos hace meses que llevan
sufriendo estas restricciones que comenzaron siendo de
unas horas durante la noche. Sin embargo, en las últimas
semanas, en localidades como Cumbres Mayores, que lleva
con el recorte de recursos hídricos desde mayo, este
parón en el suministro se extiende hasta las 11 horas
diarias.
En la localidad de Higuera de la Sierra la problemática
ha derivado en un corte total del suministro debido a la
escasez de agua en el depósito el pasado 24 de julio, lo
que ha obligado a sus más de 1.300 habitantes a
abastecerse a través de camiones cisterna y a convivir
con la incertidumbre de si tendrán agua o no.
El pasado año la Junta de Andalucía anunció la puesta en
marcha de las obras del Anillo hídrico en la Sierra
onubense, tras un 2022 en el que las restricciones
también fueron las protagonistas en la zona. Desde el
Gobierno andaluz prometieron a principios de 2023 que
las obras estarían finalizadas durante el primer
semestre del año, una promesa que se encuentra por
cumplir. Laura Pichardo, secretaria de Aguas de la
Comisión Ejecutiva Provincial del PSOE de Huelva, expone
que la Junta “tiene completamente abandonada” la zona y
que “no agiliza las fases, cuando es imprescindible que
estén completamente finalizadas para garantizar el
suministro a los 40.000 habitantes de la Sierra de
Aracena y Picos de Aroche”.
Por si fuera poco, además, la poca agua que queda
almacenada en dos de los embalses principales del
territorio, el embalse de Aracena y el embalse de Zufre,
no son utilizados para abastecer las necesidades de las
localidades de la zona. Ambas presas fueron construidas
en los años 80 pensando en abastecer a la provincia de
Sevilla y por ello no cuenta con las infraestructuras
necesarias para poder suministrar agua a las localidades
cercanas. Una contradicción que se vuelve más dolorosa
en tiempos de sequía y limitaciones y que ha movilizado
a la población del territorio, que se manifestaron en
Aracena el pasado marzo para exigir que el agua de su
pantano llegue a la zona. Noé Garrido Cobo, vecino de la
sierra y uno de los impulsores de una plataforma para
“salvar la sierra”, expone: “Mientras los pueblos de la
sierra no tienen agua y se ahogan en restricciones, el
agua del Pantano de la Sierra la consumen tranquilamente
en Sevilla, donde aún no tienen restricciones, y donde
no saben de donde viene su agua ni se lo plantean”.
Hace más de cien días que las vecinas de muchas
localidades del norte de la provincia de Córdoba como
Pozoblanco o Belmez no tienen agua al abrir los grifos
de sus casas a causa de las restricciones. Este continuo
desabastecimiento hídrico se encuentra causado por la
deshidratación total del embalse de Sierra Boyera, que
desde abril se encuentra sin reserva. Es la primera que
se registra en el Estado español la falta total de agua
en una reserva. Este embalse abastecía a más de 80.000
personas repartidas en 27 municipios que desde esa fecha
adquieren agua a través de camiones cisternas que viajan
por las localidades.
“Mientras los pueblos de la Sierra no tienen agua y se
ahogan en restricciones, el agua del Pantano de la
Sierra la consumen tranquilamente en Sevilla donde no
saben de donde viene su agua ni se lo plantean”, comenta
Noé Garrido Cobo, vecino de la sierra.
En Córdoba capital, la sequía está obligando a
sacrificar uno de los símbolos de la ciudad: sus
fuentes. Desde el pasado 8 de agosto muchas de ellas se
encuentran sin agua como medida del plan de emergencia
puesto en marcha por parte de la empresa gestora Emacsa.
Según datos de la compañía, esta medida “ahorrará un 5%
del consumo hídrico”. Al mismo tiempo que la ciudad se
priva de una de sus señas de identidad, a escasos metros
de la misma, se continúan con las obras de construcción
de lo que será el tercer campo de golf del municipio,
ubicado en Casilla del Aire. Juan Hidalgo, portavoz de
la coalición de izquierdas Hacemos Córdoba, ha
denunciado que este complejo deportivo “mermará aún más”
los recursos hídricos de la ciudad y que “el déficit
hídrico es cada vez más evidente, pero esto parece no
importarle a los dirigentes del PP que toman decisiones
sin tener en cuenta la sequía que vive la provincia y
nuestra ciudad”.
En la provincia de Málaga hay un total de 14 pueblos
afectados por las restricciones, especialmente en la
zona de la Axarquía y del Valle del Guadarlhorce. La
sequía en la provincia malagueña, así como en Cádiz, se
ve agravada por el boom turístico que suponen los meses
de verano, donde en las zonas costeras la población
llega a triplicarse y, por tanto, las exigencias del uso
del agua se elevan. Muchas localidades de la costa como
Zahara de los Atunes y Chipiona han tomado la decisión
de suprimir el servicio de duchas en la playa, desde el
grupo Enebro (Ecologistas en Acción de Vejer, Conil y
Barbate) insisten en que “es una necesidad creada
recientemente, inventada hace pocos años de la que
realmente se puede prescindir”. A pesar de que se ha
evitado tomar medidas más drásticas en la provincia que
puedan influir en la actividad turística, el alcalde de
Cádiz capital ha anunciado restricciones en la ciudad.
Unas limitaciones que hasta ahora no se habían llevado a
cabo.
De Verde a Amarillo
La sequía supone no solo un recorte en el consumo
humano, sino una transformación alarmante en el mapa
andaluz. Como recordaba hace unos días el ilustrador
sevillano, Bernar Franquelo, en una de sus últimas
obras: “El verde de nuestra bandera torna a tonos pardos
y amarillos. Ya no están vivos ni Hércules ni los
leones, solo quedan sus cráneos”.
Este jueves 10 de agosto la Estación Biológica de Doñana-CSIC
anunciaba que la laguna más grande del Parque Nacional
de Doñana, la de Santa Olalla, se ha secado por segundo
año consecutivo. Un hecho que sucede por primera vez
desde que se tienen registros. Por si no fuera lo
suficientemente preocupante, este verano ha sucedido dos
semanas antes que en el verano de 2022 y un 19% de las
lagunas que se encuentran aún con agua se encuentran
invadidas por matorral y pinos, “un síntoma de
progresivo deterioro y de inminente desaparición”, según
exponen desde la Estación Biológica de Doñana. El equipo
científico del CSIC expone que este hecho “atestigua la
grave situación en la que se encuentra el sistema
lagunar de Doñana y, con ello, toda la biodiversidad que
depende de él”.
Los expertos del equipo de seguimiento vuelven a
insistir una vez más en que “la actividad humana está
alterando el equilibrio natural de las lagunas y está
agravando el problema”. Prueba de ello es que de las
lagunas que se han secado en el enclave natural, el 80%
se ha secado antes de lo previsto, teniendo en cuenta la
precipitación y la temperatura registrada. La
insistencia de la comunidad científica no parece
movilizar, por ahora, la decisión del Gobierno andaluz
de continuar con la ley que pretende amnistiar los
regadíos ilegales que sobreexplotan Doñana. En
septiembre se prevén nuevos avances en la puesta en
marcha de la ley que se encuentra en pausa debido al
descanso estival.
La laguna de Doñana no es el único espacio natural que
la sequía y la sobreexplotación han llevado al abismo.
El pasado 25 de julio el malagueño río Genal, cuyo cauce
se encuentra en la serranía de Ronda, se convertía en un
secarral de piedras y arena. Según Ecologistas en
Acción, la sequía se ha visto agravada por la
agricultura intensiva de aguacate en la zona: “El río
Genal ha muerto por los aguacates”, denuncian. De las
aguas del río malagueño se abastecían más de 7.600
hectáreas de cultivo.
“Queremos que Andalucía sea la casa del golf en Europa”,
ha comentado el consejero andaluz de Turismo Cultura y
Deporte. Tras esta declaración hacía un swing en un
campo verde lleno de aspersores mientras en la otra
esquina del territorio una familia rellenaba garrafas de
un camión para poder beber agua.
En Sierra Nevada, la sequía y la explotación hídrica
también han llevado a que en la población onubense de
Cañaveral de León no pueda disfrutar este año de su
emblemática laguna natural situada en la plaza del
pueblo, declarada Bien de Interés Cultural en 2009.
Muchos campos de golf y poca gestión hídrica.
A pesar de que las palabras más pronunciadas por el
presidente andaluz, Juanma Moreno, durante los últimos
años sean agua y sequía, sus políticas en torno a esta
problemática se han definido por dos ejes: echar balones
fuera e incentivar la privatización y el uso económico
del agua.
A mediados de julio, el presidente de la Junta anunciaba
que exigirá a la Comisión Europea que Andalucía sea
reconocida como “la región más seca de Europa” y opte de
este modo a recibir una mayor cuantía de fondos. Durante
los últimos meses, Moreno ha echado balones fueras en
cuanto a la responsabilidad hídrica que tiene su
Gobierno y en abril de este año exigía al Ejecutivo
central “que asuma su responsabilidad en materia de
agua”. El pasado 28 de julio la ministra Teresa Ribera
hacía referencia a la gestión de la sequía por parte de
Moreno alegando que “los problemas del agua no se
resuelven con aspavientos, sino con una gestión eficaz”.
El presidente del PSOE andaluz, Juan Espadas, además ha
asegurado estos días que la Junta tiene competencia en
las cuencas intracomunitarias. La Junta de Andalucía,
además, ha anunciado una posible perdida de 145.000
empleos en la comunidad “si no llueve en septiembre”.
Aparte de declaraciones, las políticas emprendidas por
el Gobierno andaluz solo han pasado por un apoyo a las
restricciones y una campaña centrada en la
responsabilidad ciudadana. El pasado 7 de agosto la
Junta pedía a las ciudadanas que “realicen duchas que no
sobrepasen los tres minutos”.
El Gobierno andaluz, por una parte, exige sacrificio a
la ciudadanía y, por otra, sigue centrando su
preocupación por la actividad empresarial ligada al
agua. El verano pasado, Moreno espetaba un polémico:
“Hay campos de golf que se están secando” a la hora de
hablar de la sequía, mientras este año nos encontramos
con que 2023 ha sido un año de oro para la inversión en
la industria del golf en Andalucía.
Actualmente, la comunidad cuenta con 109 campos de este
entretenimiento para las altas esferas y varios
proyectos en construcción de nuevos espacios. Andalucía
es la comunidad autónoma con un mayor número de campos
de golf de todo el Estado español: 109. Según los datos
ofrecidos por la consultora Hidrología Sostenible en el
año 2022, un campo de golf con 18 hoyos consume entre
150.000 y 400.000 metros cúbicos de agua anualmente, es
decir, aproximadamente 1.000.000 de litros al día, lo
mismo que lo que gasta una población de unos 15.000
habitantes. Sin embargo, es un deporte en el que la
Junta no para de invertir.
El pasado 9 de agosto el consejero andaluz de Cultura,
turismo y deporte, Arturo Bernal, visitaba el campo de
golf Finca Cortesín, en Casares (Málaga), para
publicitar el torneo Solheim Cup que se celebrará en
septiembre. Allí el consejero expuso: “Queremos que
Andalucía sea la casa del golf en Europa”. Tras esta
declaración el consejero hacía un swing en un campo
verde lleno de aspersores, mientras en la otra esquina
del territorio, pasando por varios ríos convertidos en
desiertos, una familia rellenaba garrafas de un camión
para poder beber agua.
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