12 Agosto 2023
Cambio climático y medioambiente
Con tan solo 23 años, ha recorrido medio mundo, se
ha convertido en fotógrafo subacuático para National
Geographic y ha documentado los efectos del cambio
climático en el ártico para un programa de la ONU.
Nicolás Marín ya ha acumulado más experiencias de
las que algún día pudo soñar. Creció en San Miguel,
en la provincia argentina de Buenos Aires, un lugar
sin acceso al mar, pero solía ir de vacaciones a
menudo a una propiedad familiar en Mar del Plata, lo
que le acercó al océano desde pequeño.
Según él mismo recuerda, durante esas incursiones se
le despertó la curiosidad sobre el mundo submarino
que veía con su papá en los documentales de National
Geographic, lo que se convertiría más tarde en el
eje central de su aspiración personal.
Fue la vida misma quien le iba señalando su norte, y
si bien durante su adolescencia todo indicaba que
sería el tenis el pasaporte a sus logros, ya que sus
resultados dentro de la cancha le permitieron
competir a nivel internacional, a los 17 años
Nicolás rechazó el ofrecimiento de una universidad
norteamericana, que le aseguraba sus estudios a
cambio de representar a la institución a través de
ese deporte, para poder dedicarse a un sueño todavía
no soñado: la fotografía submarina.
Apuesta por la creatividad
“Me encantaba el tenis, y tenía las cualidades, pero
sentí que no quería irme del país en ese momento,
que si apostaba todo al tenis y no conseguía crecer
lo perdería todo, sentía que no era el camino.
Estaba muy triste, no sabía qué estudiar y descubrí
un curso de creatividad e innovación. (…) Ese curso
me dejó enseñanzas muy importantes, me incentivó a
idear mi propia carrera, y a sumarme a otra
propuesta de formación: la escuela de creativos”,
cuenta a Noticias ONU.
Allí, Nicolás comenzó a adquirir diversas
habilidades y a profesionalizarse en la fotografía.
“Un día entre los estudiantes compartieron un
anuncio sobre una búsqueda de un fotógrafo submarino
en Cozumel, México y yo, sin tener conocimientos
sobre ese estilo de fotografía, decidí aplicar, mi
experiencia era muy poca, pero mis ganas muchas”,
recuerda con una sonrisa.
“Increíblemente y entre cerca de 1000 postulantes,
me eligieron”, fue en ese momento que sin saberlo
dio inicio su verdadera vocación que luego se
transformó en pasión.
En 2019 llegó a Cozumel, nunca había buceado. “Lo
mismo que haces en tierra intenta hacerlo bajo el
agua”, le dijeron al unirse a la empresa que lo
contrató.
“Al principio me sentía muy frustrado, (…) y opté
por dar un paso a la vez, primero aprendí a bucear y
luego le incorporé la fotografía submarina. De a
poco comencé a descubrir un universo marino que no
conocía, y pedí ayuda a varios biólogos para que me
enseñaran a identificar las especies. Entonces sentí
que me gustaba lo que hacía y que podía añadirle a
la fotografía la ciencia y más adelante el
activismo. Sumando éstos tres ítems empecé a
encontrar al Nico que quería”.
El sueño comenzó a expandirse cuando diversas
empresas le contactaron para patrocinar su labor y
pudo comprar su primer cámara de fotos submarina.
La pandemia intento desenfocar su destino, pero él
volvió a enfocarlo
Con el objetivo bien definido, en diciembre de 2019
regresa a la Argentina para pasar las fiestas con su
familia después de un año muy fructífero.
Previo a su llegada se le ocurrió enviar material
fotográfico a los medios de comunicación y una vez
en su país lo entrevistan en varios de los diarios
más leídos, con lo que empezó a recibir más ofertas
de patrocinadores.
La gente se entusiasmaba con su trabajo y aumentaban
sus seguidores en las redes cuando le eligieron para
documentar un proyecto de restauración de corales en
las Islas Borneos, en Malasia.
“Todo fluía de manera perfecta, ya tenía mi viaje
organizado para abril de 2020, y llegó la pandemia.
Se cayó la iniciativa y me quedé encerrado en
cuarentena en mi casa de San Miguel, lejos del mar y
de todo lo que había ido construyendo para mi
futuro. La pasé muy mal, mi sensación era de
depresión, sentía que mi sueño se desvanecía, que el
impulso que había logrado lo iba a perder, que
forzosamente tenía que dejar algo que me encantaba.
Estuve casi todo el 2020 encerrado sin motivación,
nada me contentaba, hasta que en 2021, cuando la
situación sanitaria se flexibilizó, mi papá me
propuso ir a la casa de Mar del Plata para que
pudiera rescatar mi ánimo”, recuerda.
Decidió quedarse un tiempo allá, y se asombró al ver
la cantidad de basura que había en la costa,
organizó una limpieza de playas y un desafío por
redes sociales en el cual incentivaba a las personas
a subir fotos de contaminación costera.
Entonces, entendió que estaba listo para dar un paso
más. Leyó por internet una noticia sobre Enrique
Piñeyro, el reconocido piloto argentino que con su
propio Boeign 787 realiza tareas humanitarias como
trasladar refugiados ucranianos hacia otros países
europeos, y se sorprendió al descubrir que en aquel
momento había organizado un vuelo especial para la
prensa a fin de mostrar desde el aire la pesca
irregular.
Nicolás le escribió manifestándole su interés por
formar parte de alguna experiencia similar y a los
dos meses Piñeyro lo invitó a una expedición en
Senegal, un país amenazado por las consecuencias de
la pesca clandestina. Otra vez Nicolás era uno de
los elegidos.
“Me sorprendí cuando me contactó la gente del equipo
de Piñeyro, no lo esperaba, me invitaron solo a mí y
a otro periodista de Infobae. ¿Por qué me eligió? Yo
creo que, porque no tenía ninguna empresa detrás, no
estaba ligado a intereses, seguramente percibió que
yo estaba trabajando para llegar al corazón de la
gente de manera trasparente y a través de una forma
de comunicación distinta”.
“Una vez que logramos documentar la situación en
Senegal, teníamos planificado otro rumbo que también
refleja las inclemencias del cambio climático.
Viajaríamos a la isla de plástico que se formó en el
pacífico entre California y Hawaii, debido a la
acumulación de basura flotante, pero las condiciones
meteorológicas no nos lo permitieron, esperamos unos
días en Aruba, y se desestimó el plan. Yo igual
decidí quedarme una semana en Aruba para
perfeccionar la fotografía submarina”.
Pero otra vez la pandemia volvería a ponerlo a
prueba. A pocos días de regresar a Argentina, un
rebrote de Covid-19 le impide la salida de la isla
que permanecía blindada, con el agravante que
Nicolás solo tenía dinero para mantenerse esa
semana. Luego de buscar varias alternativas, y
acorde a la visibilidad que su trabajo venía
adquiriendo, consigue que la entidad de turismo de
Aruba lo reconozca como personalidad destacada y con
ese respaldo comenzó a brindar capacitaciones y
presentaciones enfocadas en la fotografía submarina,
que le permitieron sostenerse económicamente allí
por seis meses.
Los sueños están para cumplirse, hay que ir por
ellos
Durante ese período de tiempo en Aruba, ya con una
experiencia más consolidada y sin perder su sueño de
vista, se le ocurrió enviar su currículo a National
Geographic, y fue un buen intento porque lo contactó
una directora de la compañía, que lo incentivó para
que enviara un proyecto.
“Recuerdo que ya en Argentina, estaba trasladándome
en tren hacia la casa de un amigo, a cada rato
revisaba mi casilla de email, porque sabía que en
esa fecha estaban por anunciar los proyectos
ganadores, y llega el email con la noticia, me puse
a llorar de la emoción, y ahí me di cuenta de que mi
sueño había empezado”.
Fue en agosto de 2022, con su primera expedición que
se convierte en joven explorador de Natgeo, con su
proyecto: Migrantes del Pacífico para documentar la
ruta migratoria de los tiburones martillo y
mantarrayas gigantes en las Islas Galápagos. En
noviembre del mismo año da continuidad con la
segunda parte de la iniciativa, esta vez siguiendo
los movimientos de las ballenas grises, orcas y
cachalotes, en Baja California en México.
Desarrollo Sostenible
En el marco del Decenio de las Naciones Unidas de
las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible
(2021-2030), el Decenio de los Océanos, se realizó
en mayo la edición 2023 de un programa académico que
invita a jóvenes lideres de diversos países que
desde su profesión ejercen su aporte a la
sostenibilidad, para viajar al ártico a bordo del
barco Peace boat us.
Nicolás disfrutó así una enorme chance para obtener
fotografías inéditas de especies y paisajes, muchas
de ellas reflejan las consecuencias del
calentamiento global en una de las regiones claves
para la regulación del clima del planeta.
“Fue una experiencia increíble, subimos al barco en
Londres, viajamos a Noruega, luego nos dirigimos a
Svalbard, un archipiélago que es el punto más
cercano al polo norte, y después a Islandia. Yo fui
como fotógrafo, había otras chicas y chicos biólogos
y activistas. Pude tomar unas fotos muy buenas de
ballenas, delfines, aves marinas, bloques grandes de
hielo, y enriquecimos nuestro conocimiento sobre el
efecto del cambio climático, aprendimos cómo las
corrientes del océano atlántico y su aumento de
temperatura influyen al mezclarse con el agua del
círculo polar ártico con consecuencias evidentes en
el derretimiento del hielo”.
Su agenda ya está comprometida para los próximos
meses. Por ejemplo, tiene previsto unirse a varios
proyectos, entre ellos “Darwin 200”, una iniciativa
de conservación basada en ciencia medioambiental e
historia que también capacita a jóvenes líderes y
los incentiva a realizar acciones sustentables, a la
cual Nicolás se sumará en octubre en un barco de
expedición que zarpará desde Brasil para producir un
documental sobre pulpos y tiburones.
“Si pienso en un nuevo sueño a concretar, me
gustaría mucho llegar a la fosa de las Marianas, el
punto más profundo del planeta, me encantaría poder
bucear allí, solo se bajó dos veces en la historia,
y tener la suerte de encontrarme con una especie aún
no descubierta y poder nombrarla”, expresó sin
dudar.
Encontrar el propósito personal para llegar lejos
Por todas las veces que fue elegido, pero también
por todas las otras que se frustraron y le dieron el
impulso para conocerse y descifrar su rumbo hacia la
felicidad, Nicolás menciona la palabra sueños con
mucha frecuencia en sus relatos, y es que creer en
sí mismo y en la posibilidad de acercar el interior
del océano a quienes no tienen ese acceso es lo que
lo llevó a alcanzar sus metas.
“¿Quién podía pensar que, desde San Miguel, un lugar
que no tiene mar, se podía llegar a ser explorador
submarino de National Geographic? Hay que dejarse
llevar por lo que uno sueña por más inalcanzable que
parezca. Comenzar por microhábitos que te vayan
acercando a tu objetivo es un buen puntapié, no
perderlo de vista y persistir, y ser buenas
personas, porque son las relaciones humanas las que
te permiten alcanzar mayor cantidad de proyecto. Los
jóvenes siempre tenemos sueños. En materia de cambio
climático, las nuevas generaciones llegaron para
comunicar lo que está ocurriendo, de manera distinta
y desde diversos ámbitos. Hoy la ciencia cada vez
tiene más respaldo de la juventud”.
Día de la Juventud
Nicolás es un buen ejemplo del lema del Día
Internacional de la Juventud Habilidades ecológicas:
Hacia un mundo sostenible, que se celebra este
sábado 12 de octubre. Se trata de una campaña
centrada en mostrar la resiliencia, el ingenio y el
liderazgo de los jóvenes para crear un mundo mejor
para todos.
“Cualesquiera que sean los desafíos del momento, los
jóvenes reclaman que se adopten medidas audaces
cuanto antes, se solidarizan con los más vulnerables
y conciben soluciones para garantizar la justicia
social, económica y climática, así como la paz y la
prosperidad para todos”, declaró el Secretario
General con motivo de la conmemoración.
António Guterres señaló que la campaña recuerda la
importancia de velar por que los jóvenes adquieran
conocimientos prácticos sobre la floreciente
economía verde y los apliquen.
“Tanto si se trata de tecnologías sostenibles
innovadoras como de energías renovables, o bien de
cambios revolucionarios en los sistemas de
transporte y la actividad industrial, los jóvenes
deben disponer de las habilidades y conocimientos
necesarios para poder trazar un futuro más limpio,
más verde y resiliente frente al cambio climático”.
“El futuro de la humanidad depende de la energía,
las ideas y las aportaciones inagotables de la
juventud. Apoyemos y acompañemos hoy y todos los
días a los jóvenes en la construcción de un mundo
justo y sostenible para las personas y para el
planeta”, finalizó.
Este reportaje fue producido por Natalia Montagna,
del Centro de Información de las Naciones Unidas en
Buenos Aires, para Noticias ONU.
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